Situada en el corazón del Cáucaso y tradicional enclave de la Ruta de la Seda, la capital de Georgia está ubicada de forma estratégica como conexión entre Europa y Asia. También es una excelente base de operaciones para moverse por la zona debido al conflicto todavía latente entre Armenia y Azerbaijan que mantienen sus fronteras cerradas.
A pesar de ello, las tres exrepúblicas soviéticas se encuentran sumergidas en un proceso de cambio y evolución hacia lo que consideran progreso o lo que lo mismo: la construcción de unas capitales modernas que quieren ocultar el pasado histórico de las mismas con un futuro de cristal. El paradigma de todo ello es, sin lugar a dudas, Tbilisi. Para comprobarlo de primera mano lo mejor es dirigirse a uno de los puntos más altos de la ciudad: la Fortaleza Nariqala.
Un flamante puente de cristal que conecta con el igualmente nuevo Palacio Presidencial, ubicado en la recién llamada Plaza Europa donde hasta antes de las últimas elecciones se tenía la vista puesta en el viejo continente y en la UE. Mientras tanto en el Casco Antiguo los históricos edificios se colapsan y ceden al paso del tiempo sin que nadie haga nada para evitarlo. Un ejemplo más de cómo Georgia quiere borrar cualquier reminiscencia que la relacione con su pasado como parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Todo esto es consecuencia directa de la llamada Rose Revolution que tuvo lugar en noviembre del 2003. El movimiento liderado por Mikhail Saakashvili consiguió derrocar el gobierno corrupto del pro-ruso Eduard Shevardnadze en lo que supuso el paso definitivo para dejar atrás su pasado como república soviética. A partir de entonces comenzaron una serie de reformas –todavía hoy inacabadas- para combatir la corrupción, reformar el país y, en definitiva, abrirlo al mundo. Por todo ello, no es de extrañar que Georgia sea ahora uno de los destinos del Cáucaso más turísticos a nivel internacional.
Dejando al lado Rustaveli, una amplia avenida que recorre el Casco Viejo de la ciudad y actual centro de la actividad política, económica y cultural, otra de las zonas más modernas es el llamado Shardeni, un pequeño enclave cerca del río Kurá repleto de restaurantes. Una pequeña escultura que representa el Tamada o patrón de la supra (banquete en georgiano) nos da la bienvenida con el tradicional cuerno de vino con el que se hace el tradicional brindis: Gaumardjos, gaumardjos, gaumardjos… jos… jos!
Después de coger fuerzas con esta primera inmersión en la gastronomía georgiana, de la cual seguiremos hablando en los próximos posts, acabamos la ruta por el Casco Antiguo con los Baños Reales y la iglesia de Metekhi custodiada por una estatua del rey Vakhtang Gorgasali cruzando ya al otro lado del río Kurá.
La iglesia de Metekhi es tan sólo una de las varias que hay en Tbilisi. La capital georgiana no deja de ser un claro reflejo del conjunto del país, donde más del 80% de la población profesa la fe cristiana ortodoxa. Y un ejemplo de ello es cómo recientemente se ha construido la nueva catedral Sameba, consagrada en 2004.
Pero a la vez esto no deja de ser otro ejemplo más de ese rechazo al pasado soviético del país. Como hemos podido comprobar a lo largo de nuestra ruta por Georgia, la religión está sobretodo más presente entre la población más joven.
A pesar de todo, todavía quedan en la ciudad algunos rincones que eventualmente se convierten en ecos de la historia: uno, el Flea Market (mercado de antigüedades) donde se pueden encontrar mapas, imágenes del viejo Tbilisi o incluso condecoraciones y vestimentas militares de la URSS.
Y todavía falta un último contraste: la reformada Estación Central de Tren que acoge un nuevo centro comercial y, por ahora, vacío. A su lado, los antiguos andenes del viejo bajador acoge un mercado tradicional donde se puede comprar a buen precio fruta, verdura así como el excelente queso georgiano.
Y hasta aquí la primera parada de nuestra ruta por el Cáucaso. Llega la hora de salir al exterior de la estación donde se acumulan las marshrutkas. Allí buscamos la nuestra con destino a nuestra próxima parada: Kazbegi.
LRODRIGUEZ82