Vista general de Baku desde la Torre de la Doncella: en el centro, las tres llamas como símbolo de la “tierra de fuego” que es Azerbaijan
Así es la capital de Azerbaijan. Con una economía basada básicamente en el petróleo y el gas natural es una de las pocas ciudades de Eurasia que continúa creciendo y desarrollándose sin fin. Largos bloques de edificios se erigen alrededor de un Casco Viejo que sorprendentemente (y a diferencia de Tbilisi) está bien conservado –quizás por el hecho que haya sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2000.
Para comprender cómo se puede mantener esta burbuja cosmopolita que es su capital es muy recomendable viajar desde Tbilisi (Georgia) con el tren nocturno, por cierto de la época soviética, que conecta con Baku. A lo largo de su recorrido (de unas 15 horas de duración) podemos observar un entorno en su mayoría pobre (ciudades sin arreglar y viejos vagones de tren habitados). Paradójicamente todo ello enmarcado en un escenario dominado por las plataformas que extraen petróleo y las tuberías de gas natural que circulan por todo el país. Después de todo, por algo Azerbaijan ha recibido el nombre de “tierra de fuego”.
No es de extrañar. El petróleo ha sido extraído en Baku al menos desde el siglo X pero no ha sido hasta 1872 que se llevaron a cabo las primeras extracciones comerciales que provocaron un rápido crecimiento de la capital. Como consecuencia de ello y tan sólo en los últimos 40 años la población de la ciudad se ha duplicado según las cifras que recoge WorldBank.
Al fondo el Palacio de Cristal de Baku que acogió el Festival de Eurovisión en 2012
Al margen de la imagen de portada de este post, éstas son algunas de las vistas que se pueden observar desde lo más alto de la Torre de la Doncella uno de los dos elementos del Casco Viejo de Baku que está incluido en el listado de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de una torre persa sasánida que fue construida en el siglo XII (aunque hay elementos anteriores) y que originalmente se situaba en la orilla del Mar Caspio.
Hay varias leyendas sobre el origen del nombre que recibe pero la más popular es la de un rey que obligó a su hija a casarse con un hombre que no amaba. A cambio, ella le pidió que le construyera una torre y cuando ésta estuvo concluida se suicidó saltando al vacío desde lo más alto. Puro drama. Hay otras razones mucho más creíbles como que, en realidad, se trata de una torre de vigilancia virgen que nunca fue “tomada”. Me imagino que no fue defendida por los siguientes “soldados”.
La Torre de la Doncella está ubicada junto a lo que fue un mercado en el siglo XVII y un cementerio. Aquí también se conservan algunos elementos de la época medieval que se acaban de descubrir en las excavaciones arqueológicas que se están realizando en esta zona.
En el centro de la plaza hay más sarcófagos y elementos que datan de la época medieval
Lápidas mortuorias
A la izquierda lápida mortuoria que data de los siglos IV-VI
Proseguimos nuestro paseo por la colorida y impoluta Ciudad Vieja repleta de tiendas hechas para un turismo que al menos hasta el Verano del 2012 era prácticamente inexistente (y seguramente por las dificultades que hasta este año había para conseguir el visado azerí). Así las calles de la también llamada Ciudad Amurallada presentan un aspecto casi desértico.
Como comentábamos antes, y a diferencia del colapsado Casco Viejo de Tbilisi (Georgia) aquí los edificios han sido restaurados y están perfectamente conservados.
Y después de callejear aparentemente sin rumbo llegamos al segundo elemento de la Ciudad Vieja incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: el Palacio de los Shirvanshah. Y al igual que en la Torre de la Doncella, somos de los pocos viajeros que visitan el emplazamiento. Se trata de un complejo con varios edificios que datan del siglo XV (aunque algunos son anteriores) cuando ésta dinastía que entonces gobernaba el país decidió trasladar la capital de Şamaxı a Baku. Se cree que es un complejo sagrado de veneración y lugar donde descansa Seyyid Yahya Bakuvi, un santo de la orden sufi halwati a la que pertenecían los Shirvanshah.
Éste es el edificio principal que se construyó concretamente bajo el mandato de Shirvanshah Sheykh Ibrahim I en 1411.
Sala principal
Detalle de los arcos de la sala ricamente decorados
Una de las salas anexas con vistas al Mar Caspio
De este mismo año es la mezquita del Shah con dos salas para la oración: una para el Shah y los hombres de la corte; y otra para las mujeres.
Otro de los edificios de este complejo es el mausoleo de los Shirvanshahs. Una cripta construida bajo las órdenes del sultán Khalilullah I para su madre e hijos en 1435.
Mausoleo de los Shirvanshahs
Inscripción donde reza: “Khalilullah I, el gran sultán, gran shirvanshah, el tocayo del divino profeta, el defensor de la religión ordenó construir esta ligera cripta de enterramiento para su madre e hijo en 839 (1435-1436)”
Interior del mausoleo de los SHirvanshahs
Justo detrás nos encontramos con los Baños del Palacio que datan del siglo XVII y fueron descubiertos en 1939
Pero, sin lugar a dudas, el mausoleo más destacado del palacio es el de Seyid Yahya Bakuvi, un erudito de la corte de Shirvanshah considerado un santo de la orden sufi halwati. Un edificio de forma octaédrica y con dos plantas: una para llevar a cabo ritos de culto y otra subterránea que alberga la bóveda sepulcral.
Cúpula del mausoleo
Planta subterránea del mausoleo
Ya de vuelta al exterior encontramos varios restos de otra mezquita, la de Key-Gubad, que databa del siglo XIV y fue destruida en 1918 en el primer enfrentamiento entre Azerbaijan y Armenia.
Acabamos la visita en Divankhana. Un pequeño pabellón de piedra también de forma octogonal e igualmente rico en detalles.
Volvemos al exterior del Casco Viejo o Ciudad Amurallada que es el lugar de encuentro de las jóvenes parejas de la capital para demostrar su afecto a escondidas de sus progenitores. Y es que aunque Baku sea cosmopolita y moderna, todavía hay cierta represión en cuanto a expresarse libremente en público. Al igual que en el resto del país el purdah, o segregación sexual, está a la orden del día aunque aquí sea en menor medida tal como veremos más adelante y ya os explicamos a través de lo que denominamos el ‘Juego de la Marshrutka‘. Todo ello, con el siguiente telón de fondo.
No queríamos acabar este post sin mostraros el crecimiento y el desarrollo de Baku más allá de la Ciudad Amurallada porque si bien el Casco Viejo conserva muchos de sus edificios, el resto de la capital ha borrado prácticamente por completo cualquier rastro de su pasado como ex-república soviética (una reforma en la que Georgia, por ejemplo, todavía hoy se encuentra inmersa).
De todas formas todavía quedan algunos vestigios soviéticos como esta avenida que recuerda, precisamente a la que había en Gori y que conducía al Museo de Stalin.
Cae la noche y ahora sí, acabamos nuestra ruta por Baku volviendo a uno de los puntos más altos de la capital azerí: para ello tomaremos un funicular que nos conduce hacia el Parque Kirov. Se trata de un parque con vistas al Mar Caspio que acoge la conocida como Carretera de los Mártires. Un cementerio donde han sido enterrados los soldados azeríes que perdieron la vida a finales de la I Guerra Mundial a raíz de la Revolución Rusa en 1918 o de sucesos más recientes como el llamado Enero Negro (1990) cuando las tropas soviéticas entraron en Baku para reducir presuntamente las tensiones entre las etnias azerí y armenia y que tuvo como consecuencia la muerte de unas 130 personas. Y remarcamos el presuntamente porque no se nos puede escapar que todo ello es el escenario previo a la independencia de las ex-repúblicas soviéticas ante un declive de la URSS cada vez más cercano pero también el de la Guerra de Nagorno-Karabagh que enfrentó a Azerbaijan y Armenia en un conflicto que acabó en 1994, dos años después de la declaración unilateral de independencia de este territorio que originalmente había pertenecido a Armenia y que con Stalin en el poder pasó a manos de su vecino. Todo ello lo explicaremos más a fondo en próximos posts con un capítulo dedicado íntegramente a este país de facto no reconocido internacionalmente.
Todas estas víctimas de los enfrentamientos de Azerbaijan en el siglo XX se encuentran aquí. Se calcula que hay unas 150.000 personas enterradas a lo largo de la Carretera de los Mártires donde figuran como podéis apreciar (aparte del nombre y la fecha de nacimiento y defunción) una pequeña imagen. Se trata, curiosamente y dejando las diferencias al margen, de una tradición que comparten tanto azeríes como armenios.
La llama eterna de la ‘Carretera de los Mártires’
Acabamos con una última vista hacia Baku y el Mar Caspio para despedirnos (temporalmente) de la capital. En el próximo post seguiremos descubriendo porque es, ante todo, la “burbuja de fuego“.